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lunes, 5 de enero de 2015

¿A quién enamoras cupido?

Cupido, Eros en la mitología griega, es el dios del deseo amoroso. Según la versión más difundida, es hijo de Afrodita, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y de Ares, el dios de la guerra. Se le representa generalmente como un niño alado, con los ojos vendados y armado de arco, flechas y aljaba. De ahí que se diga que es un amor "travieso y ciego".
Según el mito, Afrodita le regaló un arco y flechas de oro. Las flechas eran de dos especies: unas tenían punta de oro, para conceder el amor, mientras que otras la tenían de plomo, para sembrar el olvido y la ingratitud en los corazones. También le concedió el deseo de que nadie fuese inmune a sus flechas; sin excepción. 

¿A quién queremos engañar? Estas fábulas han dado ya mucho de sí, en la literatura, el cine y, en consecuencia, en nosotros, las personas. Nos encontramos rodeados por todas partes con carteles, anuncios, programas televisivos y de radio, etc, que nos incitan al amor, a la preciosa idea del amor (todo es demasiado idílico para que ocurra de verdad). Veréis, desde que somos pequeños nos vemos condicionados a la idea de que amar es algo muy muy bonito, siempre sale bien y todo eso (véase películas Disney y cuentos) (vale, es lógico, no vas a hacer un cuento para niños que acabe en drama), pero digamos que no nos "preparan" para lo que viene a ser en realidad y eso quizás es un grave error porque todo acaba en decepciones. Y aunque te propones ser fuerte, vuelves a caer una y otra vez.
Os lo aconsejo, cuidado con quien os enamoráis. (estúpido consejo e imposible de seguir)

El amor y Cupido, siempre relacionados. Nadie puede negar que son un tema que nunca pasa de moda; un tema al que mucha gente a escrito. Entre otros muchos nos encontrarmos con William Shakespeare, que escribió al respecto:

«El amor no ve con los ojos, sino con el alma, y por eso pintan ciego al alado Cupido. Ni en la mente de Amor se ha registrado señal alguna de discernimiento. Alas sin ojos son emblema de imprudente premura, y a causa de ello se dice que el amor es un niño, porque en la elección yerra frecuentemente. Así como se ve a los niños traviesos infringir en los juegos sus juramentos, así el rapaz Amor es perjuro en todas partes.»

También a un grande de la literatura española, Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, pone estos versos descriptivos en boca de Cupido:

«Yo soy el dios poderoso
en el aire y en la tierra
y en el ancho mar undoso
y en cuanto el abismo encierra
en su báratro espantoso.
Nunca conocí qué es miedo;
todo cuanto quiero puedo,
aunque quiera lo imposible,
y en todo lo que es posible
mando, quito, pongo y vedo.»


En el fondo nadie puede negar que si Cupido te sonríe, puedes llegar a ser la persona más feliz del mundo, a si que, a todos os digo, muy buena suerte porque la necesitamos.

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